sábado, 23 de julio de 2011

Juegos populares: el diabolo

El jueves pasado fuimos testigos de una imagen entrañable, de esas que ponen una sonrisa en los labios por lo dulce.
Había un par de jóvenes jugando con el diábolo, en una feria, cuando pasaron por al lado una señora de unos 75-80 años y su nieto de 2 añitos. La señora se paró a mirar como jugaban y, aprovechando que se le había caído al suelo, le preguntó a la chica si se lo prestaba un momento.
La chica se lo pasó con ademán distraído y lo que vimos hizo que todo el mundo que estaba allí presente hiciera un corro alrededor de la improvisada jugadora. ¡La señora bailaba el diábolo que era una maravilla! Y no solamente pasos básicos, sino que lo lanzaba a más de 4 metros de altura y con una sorprendente agilidad, lo recogía sin que no se le cayera ni una sola vez.
Fue un momento mágico, todo el mundo se quedé con la boca abierta, muchos decían que seguramente de pequeña debió de jugar mucho con él, pero todos nos maravillábamos que para ella hubiera sido como andar en bicicleta, que nunca se olvida, ya que es un juguete que entraña su dificultad.
Es una pena que el nieto fuera tan pequeño, porque muchos de nosotros nos hemos quedado con esa imagen en la retina, y para ese nieto su abuela en ese momento debió de ser como el mejor de los superhéroes. Todo el mundo nos pusimos a aplaudir en cuanto soltó el diábolo, y la señora se fue con una mueca de satisfacción, demostrándose a sí misma que aún tiene mucho que mostrar.

4 comentarios:

  1. Que guay!!!...que tierna la abuela!!!!.....estas cosas te dejan un buen sabor de boca para todo el día, verdad?

    Saludos!!!

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  2. Qué bonita estampa!! no me extraña que aplaudierais todos! Besos

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  3. pues la verdad es que sí, salimos con una sonrisa de oreja a oreja del local y estuvimos un buen rato hablando de ello, y que era una pena que el nieto fuera tan peque porque es un recuerdo que todo nieto quisiera tener de su abuela ;)

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  4. Qué anécdota tan bonita y tierna. Me ha gustado muchísimo y seguro que la señora se fue a su casa tan ancha que ni cupo por la puerta.

    Ole y ole por ella. A mí me dan un diábolo de esos y lo uso de pisapapeles, porque mira que soy torpe para esas cosas...

    Besos admirados,
    Lady Vaga.

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